lunes, 27 de noviembre de 2006

los niños, el tiempo, la vida en falso carpe diem








Pepe tengo tiempo para tí

Me dijo mi pequeño tímidamente “Papi, ¿cuánto ganas?”,
nada más entrar a casa después de trabajar.
"No me molestes, hijo¿ No ves que vengo muy cansado?”.


"Pero, papi. Dime, por favor ¿cuánto ganas?" Insistió.
"Doscientos euritos al día, Pepe".


Respondí mosqueado para quitármelo de encima.
El niño me cogió del pantalón y me dijo: "Papi, ¿me prestas cien euros?
Terminé de montar en cólera y, con brusquedad, le dije:
"Así que para eso querías saber cuánto gano.


Vete a dormir y no me molestes más, aprovechado".


Ya de noche cuando me puse a meditar sobre lo ocurrido,
el incidente me hizo sentir culpable, tela de culpable.
Tal vez Pepillo quería comprar algo, no sé, ...
Había estado muy liado en el curro últimamente (excusas)
y no estaba al tanto de los avatares diarios de casa.
Queriendo descargar mi conciencia dolida,


me asomé a la habitación del pequeño.
"Pepe, ¿estás dormido?"
El niño medio abrió los ojos:
"Aquí tienes el dinero que me pediste. ¿Para qué lo quieres?"
Sin dejar de mirarme, metió su mano debajo de la almohada
y sacó varios billetes arrugados.
“Es que quería completar 200 euros,
¿me vendes un día de tu tiempo?

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