sábado, 10 de noviembre de 2007

volviendo





camino nuevamente de esa herida malagueña: pasar el río, aquel que fue el río de la ciudad,
el de sus pozos dulces,
que cambió caudal por pedreas de chaveas,
por riadas, por rastrillo, por jardín de pobres,

para subir a los arrabales.
Huelin, la Colonia, Carranque, siempre me han acompañado los suburbios en mi vida.
Bajar y subir a Málaga.

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