



por el camino de Antequera
bajaban moros y cristianos,
arrieros y aparceros,
hasta el fielato de Teatinos,
hoy convertido, por el este,
en Vulcanizado, y por el oeste,
en Venta_de_Auto.
También bajábamos nosotros,
pillados de unilaboralidad,
esa impronta que perdura,
para saltar en los autobuses de Oliveros,
esos con cobrador de los que cobraban en reales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario